El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado este miércoles la implementación de lo que ha denominado «aranceles recíprocos amistosos», que afectarán a todos los países con los que EE.UU. mantiene vínculos comerciales. En lo que ha calificado como «el día de la liberación», Trump presentó una lista de tarifas que incluirán un arancel universal del 10% a todos los productos de cada nación, con tarifas adicionales de hasta el 49% para ciertos países.
Entre las naciones más afectadas se encuentran la Unión Europea, con un 20% de arancel; China, que verá un 34% de tarifas; y Japón, con un 24%. Además, países como Camboya, Vietnam y Sri Lanka recibirán aranceles mucho más elevados, que alcanzarán hasta el 49%. Este nuevo sistema de tarifas será efectivo a partir del próximo sábado, 5 de abril.
Trump, en un discurso pronunciado desde la Rosaleda de la Casa Blanca, aseguró que su política busca «nivelar el terreno de juego» para las empresas y trabajadores estadounidenses, tras décadas de lo que considera un aprovechamiento por parte de otras naciones. “Lo que nos hagan a nosotros, se lo hacemos a ellos”, afirmó el mandatario. Sin embargo, se corrigió para aclarar que las tarifas no serán completamente recíprocas, sino que representarán «aproximadamente la mitad de lo que nos han estado cobrando».
«La Unión Europea nos ha estafado»
El presidente no dudó en calificar a la Unión Europea como una entidad que ha «estafado» a Estados Unidos con sus aranceles, mencionando que la UE cobra un 39% de tarifas sobre los productos estadounidenses, aunque sin mostrar los cálculos oficiales de la Casa Blanca. Esta crítica se suma a su constante postura de que las relaciones comerciales con la UE han sido desventajosas para EE.UU.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aún no ha respondido oficialmente, pero se espera que lo haga en las primeras horas de la mañana del jueves. En paralelo, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, ha recomendado a los países afectados que no tomen represalias inmediatamente, sugiriendo que se espere a ver cómo evoluciona la situación.
Un tono de revancha y promesas de prosperidad
Trump defendió esta medida como una «declaración de independencia económica» para EE.UU., asegurando que el país ha sido «estafado durante décadas» por otras naciones. «Ahora es nuestro turno», dijo, y prometió devolver al país a su «época dorada». En su discurso, Trump reafirmó su política de «America First» (América Primero), asegurando que Estados Unidos será nuevamente un país próspero y con comercio justo, tras décadas de lo que considera acuerdos desventajosos.
El mandatario también atacó duramente a la administración de Joe Biden, a quien culpó de la «caída» de EE.UU. en el ámbito económico y comercial, usando su conocido apodo «Sleepy Joe» (Joe el soñoliento). Según los últimos sondeos, la aprobación de Trump ha caído al 43%, el nivel más bajo desde que regresó al poder.
Reacciones internacionales y nuevas propuestas
Aunque algunos países recibirán solo el arancel universal del 10%, otros, como Israel, verán impuestos de hasta el 17%, a pesar de que el Gobierno de Netanyahu había suspendido recientemente sus propios aranceles a EE.UU. Los países como Ucrania se verán igualmente afectados por el arancel mínimo. Rusia, Corea del Norte y Cuba no figuran en la lista debido a las relaciones comerciales limitadas o inexistentes con EE.UU.
Ante las críticas internacionales, Trump advirtió a las empresas que no paguen los aranceles que la solución es simple: «Si quieres que el arancel sea de 0, haz tus productos aquí, en EE.UU.», una declaración que refuerza su enfoque en la manufactura interna como motor de la economía estadounidense.
En cuanto a las medidas legislativas, Trump ha asegurado que estos aranceles forman parte de su estrategia para «hacer a EE.UU. rico de nuevo» y alcanzar un comercio justo tras lo que considera un largo periodo de explotación por parte de otras naciones.