Si bien parecía que después de la última campaña arqueológica realizada en las inmediaciones de la ciudad romana de Regina Turdulorum, concluida a finales del último agosto, no habría proyecto abierto para este verano, finalmente, gracias al empeño puesto por las universidades de Viena y Marburgo, sus arqueólogos voluntarios y las facilidades que el Ayuntamiento de Casas de Reina ha aportado, este 2024 ha podido iniciarse una nueva, y exitosa, campaña arqueológica.
Bajo la dirección de Víctor Martínez y Günther Schörner (arqueólogos de la Universidad de Viena) y Felix Teichner (arqueólogo de la Universidad de Marburgo), junto a su equipo arqueológico se iniciaron los estudios previos a las excavaciones, conformados por una primera prospección visual y sus correspondientes análisis geofísicos, que reflejaron una importante anomalía en el terreno seleccionado, que a priori parecía corresponder a una estructura de combustión, probablemente un horno alfarero, datado entre los siglos II a.C. y I d.C.
Una vez iniciadas las excavaciones, los primeros resultados dejaron ver que, aunque la estructura de combustión que se esperaba hallar no fue encontrada, sí está claro que su ubicación se encuentra muy próxima, tal y como atestiguan los diversos restos cerámicos encontrados, entre los que se han podido catalogar diversos fragmentos de ladrillos, ánforas y vasijas, además de pequeñas muestras de cerámica fina, en algunos casos labradas con motivos geométricos y vegetales, que hablan de la calidad del taller. Además, gracias a una inscripción encontrada en un fragmento cerámico, sabemos que este taller estaba dirigido por un hombre llamado Noni, que nos dejó este testimonio firmando una de sus piezas.
En este mismo lugar, el hallazgo de un muro de época posterior, da fe de que el terreno usado anteriormente como horno cerámico, fue más tarde una zona de almacenaje y después, a su abandono, un vertedero, perteneciente a la pars rustica o villa que se edificó en este lugar. Ya perteneciente a esta fase son los diversos restos encontrados, entre los que destacan: algunos anzuelos, llaves, clavos e incluso elementos más peculiares como varios anillos de plata y bronce, varias fichas de juego y diversos fragmentos de vidrios de calidad.
Junto a estos elementos, también destaca el hallazgo de restos de atún, que de manera obvia, no pertenecían a la zona, lo que evidencia el importante comercio que Regina mantenía con la costa gaditana.
Todo este proceso arqueológico y sus correspondientes análisis han concluido, tal y como ha señalado Víctor Martínez, en dos reflexiones principales. De una parte, aunque estructuralmente este hallazgo ha sido menos espectacular que los previos, la multitud de restos encontrados han aportado gran información de calidad, que hablan de la existencia de una factoría de producción alfarera fuera de la ciudad de Regina, lo que hila con la segunda conclusión; y es que la ciudad de Regina, a pesar de ser un pequeño enclave de unión entre la capital lusitana Emérita Augusta y Córduba e Híspalis, no era, como se ha presumido hasta ahora, una ciudad de escasa importancia, si no que poseía un remarcable peso económico en la zona.
Marina Espinar Rodríguez Graduada en Historia del Arte.
Teresa Rábano Sanmartin Graduada en Turismo con Máster en Arquitectura y Patrimonio Histórico.