«No olvidar el alto precio que costó conseguir la paz». Son las palabras con las que el delegado del Gobierno en Extremadura, José Luis Quintana, ha reivindicado una España «más democrática, tolerante y en paz» como el «mejor homenaje» que se le puede hacer a José María Piris, primer niño asesinado por la banda terrorista ETA en 1980.
«Si el terrorismo es una pesadilla en España, con centenares de víctimas, los asesinatos de niños lo lleva todavía más lejos. Es la acción más despreciable que puede hacer la condición humana», ha lamentado Quintana durante su intervención en el acto de reconocimiento al menor oriundo de la localidad pacense de San Vicente de Alcántar que fue asesinado, a los 13 años, en el municipio vasco de Azkoitia, tras la explosión de un paquete bomba que se había desprendido del coche de un guardia civil al que ETA pretendía asesinar..
«La historia ha demostrado que los terroristas de ETA no alcanzaron su objetivo y que la fortaleza de España se impuso«, ha aseverado, al tiempo que ha destacado que, frente a la coacción y la violencia, el país supo responder «con determinación, unidad y resistencia democrática».
En ese sentido, Quintana ha insistido en que el compromiso de la sociedad española y del Gobierno central con las víctimas es un «compromiso ético y moral», el cual, ha precisado, «se vio materializado en 2011» con la aprobación de la Ley de Reconocimiento y Protección Integral a las Víctimas del Terrorismo.
Dicha norma, ha recordado el delegado, articula los recursos del Estado para «resarcir, en la medida de lo posible, el dolor de las víctimas y de sus familiares».
Por otra parte, Quintana ha hecho extensivo su reconocimiento al trabajo de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado por su «valiente compromiso» en la lucha contra el terrorismo y su «inquebrantable» labor de protección y asistencia a las víctimas.